¿Para qué otro coloquio? Justificación del III CLH «Nicanor Parra»

Justificación del 3er Coloquio de Letras Hispánicas

“Nicanor Parra”

I

Ya que también existe un cielo en el infierno,
Dejad que yo también haga algunas cosas:
Yo quiero hacer un ruido con los pies
Y quiero que mi alma encuentre su cuerpo.

Nicanor Parra, «Solo de piano»

Se ha muerto un pueblo
pero no se ha muerto el hombre.
Porque aún existe el llanto,
el hombre está aquí en pie  […]. 
[L]evantad la cabeza 
y no me miréis con ceño
porque yo no soy el que canta la destrucción
sino la esperanza.

León Felipe

Hoy no queremos ser sólo ideas, queremos ser también cuerpo. Y no sólo voz, sino también gesto. Y no sólo inteligencia, sino también deseo. Hay algo que parece haberse agotado en las ideas que nos hace sentir que, ante todo el sufrimiento y la violencia por la que atraviesa nuestro país, ya no basta con nuestra mente, necesitamos todo lo que conforma nuestra humanidad: ese cuerpo, esa voz, esa risa…Tal vez incluso la lucha primera consiste en no dejar de lado esa parte sensible que se desgasta día a día con el trabajo excesivo y con el miedo a la muerte, tal vez la primera lucha –que es en realidad la gran lucha- consiste en no renunciar a lo más precioso que tenemos: nuestra dignidad humana.

Tristemente esa renuncia no ocurre únicamente en el ámbito laboral, en apariencia tan lejano al de nosotros, los estudiantes universitarios. Si alguna vez hemos pensado que no debemos enfermarnos porque ello es una pérdida de tiempo que nos impedirá leer; si nos hemos llegado a rehusar a asistir al médico con el argumento de que esas tres horas podrían emplearse “mejor” en estudiar para el examen de español; si hemos llegado a pensar que sentarse un rato a comer con los amigos “quita tiempo” y es mejor comer mientras se lee- por mencionar algunos casos-, entonces también hemos renunciado, poco a poco, a nuestro cuerpo. Es así como la lingüística, la literatura, la historiografía o la filosofía, aquello que tanto amamos, se vuelve absurdo y vano.

El conocimiento, como ya dijo Bolívar Echeverría en una brillante conferencia, debe construir un ser humano íntegro, o sea, entero: que tenga mente, pero que también tenga un cuerpo, que no lo niegue, que no se prive de él. Ello no quiere decir que haya que desplazar al conocimiento de índole teórica en pos de lo práctico, ni viceversa, sino tener muy en claro que detrás de él hay una forma: una forma de producirlo, de transmitirlo y de dirigirlo hacia algún fin. Es eso, queridos amigos, lo que ahora nos mueve a organizar el Tercer Coloquio de Letras Hispánicas “Nicanor Parra”, donde justamente lo que queremos poner en práctica son nuevas maneras de producir saberes, crearnos un espacio en donde no sólo importen los temas a tratar, sino también los modos de decirlos y, por tanto, de comunicarnos y acercarnos a las demás personas. Un espacio donde nos preguntemos si los temas que vemos diario en las aulas realmente tienen que ver con nosotros y si escuchamos lo que nos interesa escuchar. Un espacio donde no sólo hablemos de “algo”, sino que también declaremos porqué es pertinente y vigente nuestro tema y cómo se vincula con nuestra experiencia vivida.

En realidad esta pretensión podría parecer insignificante y tal vez, enmarcándola en problemáticas sociales más amplias, lo es. Sin embargo, puede ser que todo nazca de esos pequeños sueños que responden al gran problema de la vida. La clave es pensar que siempre hay más perspectivas, desde ese momento ya algo se habrá ganado. Compañeros nuestros, los invitamos a imaginar nuevos mundos con nosotros, a creer que son posibles. Sabemos que se ha hablado del final de la mayoría de las cosas, pero también pensemos que desde el final puede nacer la utopía.

II

Planteamiento del proyecto

                                                         “Los agentes tienen tantas más cosas en común cuanto más próximos están […] y tantas menos cuanto más alejados. Las distancias espaciales […] equivalen a distancias sociales.”

                                                Pierre Bourdieu

                      Pero ¿Qué hay de tan peligroso en el hecho de que la gente hable y de que sus discursos proliferen indefinidamente?

                                               Michel Foucault

“Sé bien cuál era la voz que habría querido que me precediera, que me llevara, que me invitara a hablar.”

                                               Michel Foucault

Ante el clima de violencia generalizada y la urgencia de acciones inmediatas para el país, no resulta fácil justificar la existencia y la forma de un coloquio de estudiantes de literaturas hispánicas. Y no lo es no porque no sea necesario y deseable, al contrario, nuestra sociedad necesita que reflexionemos desde todos los ámbitos posibles, sino  porque hacerlo implica cuestionarnos algo más grande que la simple organización de lecturas de textos. Implica preguntarnos qué tipo de coloquio nos puede ayudar a establecer un diálogo verdaderamente fructífero y que conduzca a voltear al país y al mundo –desde nuestra disciplina– con una mirada realmente crítica.

En este sentido, la idea de un coloquio “normal”, en donde pocos ponentes lean a pocos espectadores sus rigurosos y detallados trabajos, nos parece obsoleto y desencaminado del objetivo expuesto arriba. Esto es así por que creemos que ese modelo de organización implica la continuación de ciertas relaciones de poder institucional (en este caso, la academia) que no conducen al diálogo. Las relaciones de poder y autoridad no sólo se ven reproducidas sino que son, de hecho, creadas y validadas por espacios concretos de enunciación: el podio (con micrófono incluido) frente a los asientos silenciosos y silenciados. Asimismo, la presentación de textos de corte académico, rigurosos y específicos, puede ser provechoso para otro tipo de objetivos pero no para el presente ya que ese tipo de textos van dirigidos hacia un público demasiado especializado y, por ende, reducido.

Frente a estos tres objetivos (presentar textos de calidad pero que apelen a un público más amplio, enunciados desde distintos espacios físicos y que busquen dar una visión crítica de nuestro quehacer y de nuestro presente), el Tercer Coloquio de Letras Hispánicas “Nicanor Parra” buscará una forma de trabajo y organización que rete a nuestras prácticas académicas comunes con el fin de retar, por consecuencia, las formas de autoridad y de poder que de ellas surgen.

Para empezar, se pedirán trabajos de calidad y sustancia pero también de libre exploración, que apelen a un público amplio y que sean tanto disfrutables como entendibles, es decir, textos de corte ensayístico. Asimismo, uno de los requisitos será el hecho de que cada trabajo incluya una reflexión sobre por qué es importante de hablar de cada tema en particular el día de hoy. Esto último tiene el objetivo de que los textos mismos lleven, desde su génesis, esa mirada crítica y autocrítica que es tanto el objetivo como la base de este coloquio. Además de esto, los trabajaos serán expuestos de formas diversas y en las que se propicie un verdadero diálogo entre los participantes (ponentes y público).

Cercano a este último punto, este coloquio intentará convertir los espacios fríos de enunciación académica (el podio y el asiento) en lugares tan habitables y cómodos como lo puede ser la experiencia literaria misma. Estamos convencidos de que buena parte del éxito de una discusión surge de la habitabilidad del espacio donde se establece.

Así, los objetivos y la propuesta de trabajo del Tercer Coloquio de Letras Hispánicas “Nicanor Parra” se encaminan, como ya dije, a partir de la literatura para aportar una mirada crítica de nuestra disciplina, nuestras prácticas, nuestro país y nuestro presente. Y todo esto, sin lugar a dudas, nos conduce hacia una creencia mucho más general: regresar a la literatura a su ámbito natural: la vida y la sociedad.

Atentamente,

Comité Organizador. 

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